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La zona de amortiguamiento es el “escudo” de la Reserva Bosawás
La Reserva de Biosfera de Bosawás es una de las más importantes del mundo. Su nombre deriva de las dos primeras letras del nombre del Río Bocay, el Cerro Saslaya y el Río Waspuk. Tiene una extensión territorial de aproximadamente 20 mil kilómetros cuadrados y fue declarada por la UNESCO como Reserva de Biosfera en 1997.
Este importante patrimonio natural está dividido en dos partes: el núcleo y la zona de amortiguamiento. Según Róger Román, especialista en recursos naturales, “el núcleo es la zona intangible, o sea donde no se puede hacer ningún tipo de intervención, solamente temas de investigación científica, pero de ahí ningún tipo de actividad económica, ni productiva; y la zona subyacente (o área de amortiguamiento) es la que envuelve al núcleo y cuya función es proteger los valores naturales que se quieren conservar en la zona núcleo por medio del desarrollo de actividades productivas que sean coherentes y no dañen el área natural”.
En el caso de Bosawás, la zona de amortiguamiento se extiende por 8,355 kilómetros cuadrados, está poblada y “es una zona de protección del núcleo y se puede hacer todo, pero de manera regulada por las instituciones del Estado y, por ejemplo, cuidando las fuentes de agua”, manifiesta Abiécer Soza, especialista ambiental de MLR Forestal.
Las casi 5,200 hectáreas de plantaciones agroforestales y áreas de conservación que MLR Forestal ha establecido en la zona de amortiguamiento de Bosawás en Siuna y, en menor grado en Bonanza, no solo recuperan tierras degradadas sino que es la actividad económica por excelencia de la zona de amortiguamiento porque rescata la vocación forestal de la región.
En la actualidad, la mayoría de las actividades económicas realizadas en la zona de amortiguamiento están alejadas de la vocación natural de la región, que es la forestal. Estas actividades son la agricultura (maíz, arroz y frijoles) y la ganadería. No obstante, en los municipios que pertenecen a estas áreas también se trabaja con lácteos, extracción de madera, minería y el comercio, que forma parte de la economía local. Ninguna de estas actividades tiene la cualidad de las plantaciones agroforestales, que recuperan la vocación natural de la región.
“Bosawás es una biosfera y la biosfera reconoce al ser humano como parte del medio, entonces la población crece, las comunidades se desarrollan, el problema son la agricultura y la ganadería extensivas, porque eso hace que las familias se desplacen hacia el núcleo”, comenta Soza.
La importancia de la silvicultura en esta área clave
Román, quien también es biólogo, manifiesta que en la zona de amortiguamiento es clave que “las actividades productivas sean ambientalmente amigables, que contribuyan como un efecto de protección hacia la zona núcleo y por esto son ideales las actividades del sistema silvoagronómico o ciertos tipos de sistemas silvopastoriles. El ganado, a pesar de ser un problema serio para el medio ambiente, no está excluido”.
Para Abiécer Soza la actividad económica que debería promoverse en estos municipios es justamente la agroforestal pues «la agricultura y ganadería extensiva transforman los bosques naturales en pastizales y nosotros lo que hacemos con esas fincas que agarramos solo con pasto es que les ponemos plantaciones y se ha comprobado que la plantación de teca y cacao conservan el suelo, la biodiversidad, captamos dióxido de carbono y se recuperan las fuentes de agua, todo eso además de la reforestación y la generación de empleo».
Además de la las plantaciones, MLR Forestal destina más del 33 por ciento de su propiedad a áreas de conservación, que en la actualidad equivale a 1,715 hectáreas, y que son franjas de terreno que permiten la conectividad biológica entre cada finca y las fincas vecinas, también benefician a los pequeños remanentes de bosque en la zona de amortiguamiento de Bosawás que necesitan toda la ayuda posible.
Las plantaciones son una inversión a largo plazo y con un sistema de renovación permanente; esto significa que una hectáreas plantada de teca será cortada hasta alcanzar su madurez a los 20 años, luego de haber pasado al menos cuatro raleos. Una vez que la hectárea es cortada al alcanzar madurez, vuelve a ser plantada, y el proceso inicia de nuevo. La oferta permanente de madera de plantaciones en para el mercado local, nacional e internacional, quita presión a los bosques naturales.
Siguiendo esta línea, Óscar Thiers, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile, opina que las intervenciones agroforestales «aumentan la resiliencia y la resistencia de los bosques, es decir, su capacidad recuperación o adaptación al cambio climático».
Carteles como este están ubicados en los límites de las áreas de protección de MLR Forestal.
Así se definió la zona de amortiguamiento de Bosawás
El primer sitio que se estableció como área protegida en la zona noreste de Nicaragua fueron los macizos montañosos de los Cerros Saslaya y el Toro, en 1971. No obstante, fue hasta 1991 que se decretaron las otras áreas protegidas que actualmente conforma la Reserva de biosfera de Bosawás, por consideraciones de las autoridades del Instituto de RecursosNaturales y del Ambiente (IRENA) de aquella época.
Román participó en este proceso y explica que determinar la extensión de la zona de amortiguamiento fue un proceso que tomó algún tiempo, “pero cuando se promulgó la ley que define la reserva y que incluyó una Comisión Nacional de Bosawás compuesta por Marena y por los gobiernos locales y territoriales, de común acuerdo se decidió que los límites de la zona de amortiguamiento correspondieran con los límites de los municipios que tienen parte de la zona núcleo y que son Waspán, Siuna, Bonanza, El Cuá, Bocay y Wiwilí”.
“Hacerlo con la estructura municipal solo fue una manera, hay muchas maneras inclusive mejores, con instrumentos de zonificación biológicos más coherentes, pero en ese momento las condiciones de desarrollo y el esquema de ordenamiento territorial en Nicaragua eran bien precarios y entonces se consideró que lo más conveniente era atarlo al sistema municipal”, puntualiza el experto.
Esta forma de definir la zona de amortiguamiento también implicó que en ese territorio vivan tanto poblaciones mestizas como comunidades indígenas constituidas por los pueblos originarios mayangnas y miskitos. En la actualidad aproximadamente 50,000 personas viven en la zona núcleo de la reserva Bosawás, en la zona de amortiguamiento, zona de transición y áreas productivas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Urge ordenamiento adecuado y aprovechamiento científico
Román no duda en expresar su preocupación por lo que sucede no solo en la zona de amortiguamiento que progresivamente se ha venido deteriorando, sino que además “la reducción de la masa boscosa en algunas partes del núcleo es dramática. Por eso es importante retomar a la brevedad posible un manejo adecuado fundamentado en el ordenamiento territorial y en lo que explica el programa El hombre y la biosfera (de la UNESCO) de lo que se puede y no se puede hacer en cada una de las zonas de la reserva”.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado de Perú (Sernanp) menciona que en las zonas de amortiguamiento se puede llevar a cabo la investigación experimental para hallar formas de manejo de la vegetación natural, tierras de cultivo, bosques o pesca, con el fin de mejorar la producción a la vez que se conservan los procesos naturales y la diversidad biológica, incluyendo el suelo en el máximo grado posible. De la misma manera, se pueden realizar experimentos sobre la rehabilitación de áreas degradadas. Asimismo, se puede acomodar facilidades para la educación, el turismo y la recreación. Esa labor de conservación de la biodiversidad así como las investigaciones científicas son promovidas por MLR Forestal en el Caribe Norte de Nicaragua.
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