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Así aprovechará MLR Forestal los árboles derribados por Eta y Iota en sus predios
Los huracanes Eta y Iota que azotaron el Caribe de Nicaragua en noviembre también afectaron a MLR Forestal. Fueron 26 mil metros cúbicos de madera derribados por el viento y la lluvia en los predios de la empresa agroforestal en el Triángulo Minero. Sin embargo, estos árboles de las plantaciones forestales de teca no “murieron” en vano pues su madera será aprovechada, nada se desperdiciará.
Félix Jaime Silva es ingeniero forestal y jefe de aprovechamiento forestal y ante él hay una enorme área con árboles, algunos tumbados y otros en pie. Se oye ruido de motosierras y en distintas zonas a la orilla del camino abierto en medio del bosque hay troncos cortados y apilados.
“Los huracanes nos afectaron porque no imaginábamos cosechar ahora, por la edad que tienen los árboles, pero sería peor perder todo así que decidimos cosechar. Esta teca apenas tiene 10 años y la idea era llegar a 20, pero el volumen que sale se puede aprovechar”, explica Silva.
El trabajo en equipo es la clave
En enero Félix Jaime y su equipo conformado por ocho motosierristas, tres ayudantes, nueve cargadores y tres transportistas empezaron las labores en campo.
El primer procedimiento que el grupo realiza es el corte basal (o sea, desde la base de la planta) y el desrame de árboles. Posteriormente continúan con el trozado, que es producir trozas en rollo con una medida de 2.30 metros de largo. Esa es la madera uniforme que se observa al borde del camino y que luego se carga en camiones y se descarga en el aserrío de la empresa.
Madera apta para la comercialización
Si bien es cierto los árboles de teca no alcanzan la madurez hasta después de los 15 años de edad, esta madera derribada es apta para la comercialización. Silva señala que las trozas que cosechan pueden tener diferentes tamaños “según el pedido que tengamos y el diámetro que soliciten (los clientes)”.
“Esta madera perfectamente puede ofrecerse a nivel nacional o bien, ocuparse para trabajos internos de la empresa, en infraestructura”, agrega el encargado.
Un año de trabajo o un poco más
Recorrer las fincas de MLR Forestal en el área de Siuna es ver dos caras de una misma realidad. En algunos puntos los troncos de teca se elevan derechos y saludables a varios metros de altura y, en otros, las plantas yacen maltrechas sobre el suelo o permanecen en pie, pero curvadas.
“Está planeado hacerlo en este año, pero el clima es variado y cuando llueve o brisa los motosierristas no pueden avanzar. Además ahorita las trozas están pesadas porque están cargadas de agua. Empezamos a trabajar a partir del 20 de enero, pero hasta dentro de dos meses se podrían hacer proyecciones”, puntualiza el ingeniero forestal.
Los datos facilitados por el Instituto Nacional Forestal (Inafor) después del paso de los huracanes fueron estremecedores en el Caribe Norte. El seis de noviembre, cuando solo Eta había tocado tierra ya habían caído 1,650 árboles de diferentes especies; y eso solo en los sectores urbanos y peri urbanos. No obstante, en la zona de Isnawas, Prinzapolka, también tenía afectaciones al bosque en la margen del río.
Para el 18 de noviembre, tras el paso de Iota se contabilizaron 1,722 árboles caídos más, de nuevo, contando solamente en áreas urbanas y peri urbanas de los municipios de Rosita, Bluefields, Bilwi y los departamentos de Boaco, Carazo, Managua, Rivas, Jinotega, Matagalpa y Zelaya Central.
La devastación del Huracán Félix, un mal recuerdo en la región
Lo más terrible es que en esta región ya había pasado por esto antes. Un informe realizado por el Instituto de Investigación y Desarrollo de la Universidad Centroamericana (Nitlapan-UCA) determinó que como parte de los daños al ecosistema forestal ocasionados por el Huracán Félix —que tocó suelo en la Costa Caribe Norte de Nicaragua en octubre 2007— 512,165 hectáreas fueron altamente afectadas. La mayoría 509,813 fue bosque latifoliado y el resto pinares.
De igual manera, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO) a través de su informe Evaluación de Daños Causados por el Huracán Félix en el Caribe de Nicaragua dijo que, en aquel momento hubo algunos lugares de la zona norte del Caribe, en los que más del 75 por ciento de los árboles fueron derribados. “Aquello que nosotros vimos, que era un paraje paradisíaco en términos de bosques, de flora y de fauna, prácticamente ahora ya no existe nada. La destrucción es inmensa”, describe el texto.
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