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Los múltiples beneficios ambientales de las plantaciones forestales
Generalmente se piensa que la inversión y el desarrollo económico se dan a un costo para el medioambiente, pero las empresas que han invertido en plantaciones forestales están contribuyendo a detener el avance de la frontera agrícola a la vez que protegen los suelos, las fuentes hídricas y la biodiversidad
Las plantaciones forestales son una alternativa de negocios que ayuda a frenar la pérdida acelerada de los bosques naturales. Además de garantizar la producción sostenible de madera para abastecer a la industria, proporcionan una serie de beneficios ambientales que facilitan la recuperación de áreas degradadas y ayudan a contrarrestar los efectos del cambio climático. En zonas como la Costa Caribe nicaragüense, también contribuyen a contrarrestar los efectos del avance de la frontera agrícola e incluso a frenarlo.
“El principal beneficio es que al garantizar la producción de madera a través de fuentes sostenibles, las plantaciones forestales le quitan presión a los bosques naturales. Porque entre más madera se produzca en las plantaciones, se necesitará extraer menos de los bosques”, dice Salvador Mayorga, presidente de la Asociación Nacional de Reforestadores (Confor).
Mayorga considera que en el caso de las plantaciones establecidas en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), como el proyecto MLR Forestal, están creando condiciones que contribuyen a frenar el avance de la frontera agrícola, con el establecimiento de áreas de plantaciones y el fomento de la actividad forestal en la zona.
Según el estudio Plantaciones Forestales Comerciales en Nicaragua, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), “aunque la deforestación principalmente ocurre por cambios de uso de suelo para el establecimiento de granos básicos, seguido por pastizales, al reemplazar la madera de bosque por madera de plantación se puede contribuir a la conservación (del bosque natural). Además de que las plantaciones combinadas como los sistemas silvopastoriles y agroforestales pueden ayudar a mejorar los rendimientos y desacelerar el avance de la frontera agrícola”.
Según el Centro Humboldt, gran parte de las plantaciones forestales establecidas en la RACCN están en zonas donde la frontera agrícola ya había avanzado y se había cambiado el uso del suelo, por lo que el establecimiento de estas especies madereras ha contribuido a la recuperación del suelo y del ecosistema en general.
La captura del carbono causante del efecto invernadero
Otro beneficio importante es que las plantaciones forestales capturan carbono. Este es un proceso en el que a través de la fotosíntesis los árboles capturan el dióxido de carbono que la actividad humana, especialmente a través de la industria, emite a la atmósfera. Los niveles de este gas de efecto invernadero han crecido tanto que están provocando el incremento gradual de la temperatura en el planeta, fenómeno conocido como calentamiento global.
El Protocolo de Kioto —acuerdo internacional promovido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para frenar el cambio climático—, convirtió la captura de carbono en un mecanismo descontaminante. Mediante la compra-venta de bonos de carbono las empresas que realizan la actividad reciben a cambio incentivos económicos.
Según Mayorga, cada metro cúbico de madera captura tres metros cúbicos de dióxido de carbono de la atmósfera. En Nicaragua las plantaciones forestales alcanzan unas 35 mil hectáreas, 27 mil de plantaciones y 8 mil de áreas de conservación. Dos de las 16 empresas asociadas a Confor ya han entrado en el negocio de los bonos de carbono.
Las áreas de conservación —explica Mayorga— se establecen porque no toda el área destinada al cultivo de las especies forestales es apta para ellas. Entonces estas se destinan para regeneración natural. Aunque en otros casos, el establecimiento de estas áreas de conservación es parte de la política de algunas empresas, entre ellas MLR Forestal.
Protegen los suelos brindando cobertura forestal
Pero estos no son los únicos beneficios. Las plantaciones forestales protegen los suelos a través de la cobertura permanente que proporcionan, ya que las especies madereras que se siembran requieren unos 25 años para ser cortadas. Y una vez que una hectárea es cortada, se vuelve a plantar y reinicia el proceso, garantizando la permanencia de la cobertura del suelo. Además de evitar la erosión de los suelos, esa cobertura también facilita la infiltración del agua de lluvia porque evita las escorrentías.
Según Víctor Campos, director ejecutivo del Centro Humboldt, efectivamente las plantaciones le proporcionan una cobertura al suelo —que no es una cobertura boscosa sino arbórea o forestal según explica— que tiene ventajas relativas sobre otros tipos de coberturas.
“Por ejemplo, si se compara la cobertura de árboles contra la cobertura de pasto, indudablemente hay una gran diferencia. O si se compara la cobertura que proporcionan estas plantaciones con cultivos, por ejemplo, como el maní y otros cultivos anuales hay una gran diferencia. Entonces, aunque económicamente un cultivo como el maní es muchísimo más rentable, en términos de cobertura arbórea o forestal indiscutiblemente tiene algunas ventajas que proporcionan las plantaciones forestales”, explica Campos.
No obstante, la FAO califica las plantaciones forestales como bosques. El informe: El estado de los bosques del mundo 2020 clasifica los bosques en regenerados de forma natural y bosques plantados. A su vez, los regenerados de forma natural los desglosa en bosques primarios y otros regenerados de forma natural; y los bosques plantados los divide en plantaciones forestales y otros bosques plantados.
También se beneficia la biodiversidad
Las áreas de conservación que incluyen la mayoría de los proyectos del sector favorecen la recuperación de la biodiversidad de la zona y de refugios de fauna silvestre.
“Es importante estar claros de que las plantaciones forestales no son bosques, por tanto el nivel de biodiversidad que propician es menor al de un bosque, porque en muchos casos y dependiendo de la extensión son monocultivos forestales —advierte Campos—, pero definitivamente es mayor al que proporcionan otros cultivos”.
Las plantaciones forestales recuperan tierras degradadas por otras actividades
“El uso de plantaciones forestales para rehabilitar sitios degradados es bien conocido en las prácticas forestales hoy en día”, dice el estudio Las plantaciones forestales: catalizadoras de la conservación en Latinoamérica, de la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO).
De acuerdo con estudios realizados por la FAO en sitios degradados, las plantaciones forestales pueden acumular una gran capa de materia orgánica y de nutrientes en el suelo, en menor tiempo del que lo hacen plantas de sucesión natural. Además, juegan un rol en el balance de los insectos, el mejoramiento de la hidrología del paisaje y ciclo de nutrientes, así como la optimización del flujo de las escorrentías.
Para tomar nota:
- La aprobación de la Ley 462, Ley de Conservación, Fomento y Desarrollo del Sector Forestal en 2003, impulsó el desarrollo de proyectos forestales. Unas 16 empresas comenzaron a establecer plantaciones forestales en diferentes zonas del país.
- Las plantaciones forestales se diferencian de los bosques porque estas se forman con semillas que se ponen en un vivero, de donde se obtienen las plantas que luego se llevan al campo donde se coloca una determinada cantidad de árboles por hectárea. Toma hasta 25 años para que una plantación entre a la etapa de cosecha plena.
- Actualmente existen unas 35 mil hectáreas de diversas variedades, entre nativas e importadas, principalmente teca, melina y caoba africana. Desde hace unos dos años, muchas de ellas entraron en etapa de raleo y la madera que producen se exporta en rollo y semiprocesada.
- Según la FAO, en el mundo las plantaciones forestales abarcan alrededor de 131 millones de hectáreas; área que representa el 3 por ciento de la superficie mundial de bosques.
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