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Así avanza MLR Forestal en la recogida de los árboles derribados por Eta y Iota en sus predios
Los huracanes Eta y Iota que tocaron tierra en Nicaragua en noviembre de 2020 causaron estragos en las plantaciones de MLR Forestal. El viento y la lluvia fueron los responsables de que 25 mil metros cúbicos de madera quedaran en el suelo. Ahora la tarea es levantarlo y procesarlo.
En enero de 2021, Félix Jaime Silva, jefe de aprovechamiento forestal de MLR, calculaba que reunir la madera derribada tomaría todo el año 2021, no obstante, la realidad ha sido distinta. “Tomará este año y una gran parte del otro porque apenas llevamos recogidos tres o cuatro mil metros cúbicos. Lo complicado es que van a haber áreas donde solo vas a entrar a sacar diez metros cúbicos y en otras otros diez y así”, detalla Silva.
La misión del equipo liderado por Silva es obtener trozas de 2.3 metros, cortarlas según las dimensiones que solicita el aserrío, arrumarlas y a continuación cargarla a los camiones. La meta es despachar al aserrío ochenta metros cúbicos diarios.
La importancia de la mecanización
Hasta el mes de julio la recolección de madera se hacía solamente manual, pero ahora MLR Forestal cuenta con un skidder y dos tractores para agilizar las labores. Silva explica que “un skidder es una máquina que extrae la madera desde donde está sembrada hasta los patios y además tenemos dos tractores Belarus con su carreta y una grúa”.
Los tractores ayudan mucho al proceso pues se coloca la madera en su carreta y pueden salir a un lugar más accesible a cargar un camión. “La razón de utilizar un camión es que el tractor es muy lento. Tenemos 4.6 kilómetros de distancia (con el aserrío de la empresa) y el tractor lo más que me podría hacer en el día son unos cuatro viajes y apenas cuatro metros por viaje, mientras que el camión me hace entre siete u ocho metros y es más rápido en su recorrido”, puntualiza Silva.
De las fincas de MLR las más afectadas fueron Waspado y Mutiguás. Actualmente en las cuadrillas laboran entre 130 y 150 personas, debido a la gran cantidad de trabajo que hay por hacer y a la alta demanda de la madera.
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